Vale la pena 2a parte!

Antes de continuar con la segunda parte de mi disertación sobre todo lo que vendrá (y dejará de venir) cuando esta familia crezca a cuatro. (Quiero recordar que mi Pontiac GMC "tercero de la familia" va a ser de los primeros en cargar a nuestra hija que viene en un par de años, y por dentro sus bujías y pistones van a cantar y zapatear igualito que el resto de la familia, además mi carro es muy sensible, y hasta estoy seguro que ya se aprendió el son del Canelo, lo toca tanto en el autoestereo que hasta las balatas frenan zapateando 3 contra 2 ).. Bueno, ya me estoy saliendo otra vez del tema, pero lo que queria decir era que me acabo de dar cuenta que la mayoria de mis visitantes a mi blog son del genero femenino (cosa que nunca me habia pasado antes), y no estoy tan acostumbrado, (casi siempre me leian gente que le interesaban las leyes de Richter sobre calibración de sismos locales, y en su gran mayoría son hombres los que leen esa literatura). Así como es raro que lean estas lineas desde un ángulo tan opuesto al que ustedes normalmente observarían, para mí es igual de raro intentar describirlo sin escribir cosas que parecen no tener sentido.

Pero lo que si definitivamente vale la pena es ser parte de la formacion de un ser humano, desde que abre por primera vez sus ojos, hasta que decide cual será el rumbo que el viento de la vida va a hacerlo navegar sobre el mar de las ilusiones.

A veces me pregunto... a que se va a dedicar el hijo de dos doctores en ciencias geológicas.. incluso pienso si seguirá los mismos pasos y de esa forma caminará con más firmeza.

Me encantaría ver a mi hija el día que reciba su doctorado (en matemáticas, física, biología... no sé)... ese día mi mente recordará sus primeros pasos, sus caras cuando la bañabamos por primera vez, sus victorias, sus fracasos, y sobre todo, su deseo por vivir.

Me pregunto mucho si eso mismo vieron mis padres el día que yo me doctoré en una Universidad Americana de mucha tradición en mi área. Lo que sí sé es que estuvieron invitados a la ceremonia protocolaria en una especie de Iglesia muy antigua, donde empieza una procesion con todos los nuevos doctores al frente y los profesores atras, todos disfrazados con toga, e indumentarias doctorales. El protocolo consiste en otorgar el grado de doctor mediante una especie de bufanda llamada "hood",,, (Asi como robin hood!!), y el color de esa cosa depende de la Universidad... esa indumentaria se debe usar para el resto de tu vida en momentos en los cuales se otorga otro nombramiento similar.

La procesion inició con unas gaitas e ibamos todos atras en una formacion muy organizada, y poco antes de entrar pisé un chicle todo pegajoso y gigante.. (eran como dos bubble gums, pero de verdad estaban super pegajosisimos).
La ceremonia basicamente consiste en que al momento de escuchar tu nombre te acercas al centro de la iglesia y tu profesor te otorga la investidura con el "hood" y dicen en latín algo así como, doctor ahora eres libre (o algo así) y te dan oficialmente el grado. Luego le das la mano al rector de la universidad.

Pues yo estaba ante el muy enorme problema de tener un chicle pegajosisimo y tenia que caminar al centro de la iglesia dejando un rastro de hilos elásticos chiclosos en todo el centro de la iglesia. EN mi enorme desesperacion por limpiar ese horrendo chicle, todas mis manos estaban super pegajosas y el chicle ya se habia extendido a los dos zapatos!.. Poco a poco veía con angustia que se acercaba mi nombre.

Rápidamente hize unos movimientos y traté de buscar un baño, pero era imposible.. estaba perdido!!!

Al acercarme a la parte de atrás vi una especie de fuentecita con agua, (yo fuí educado con la religión protestante y conozco muy poco de la organizacion de las iglesias católicas. Me quité rapidamente ambos zapatos, los limpé, y me lavé las manos (con un palito de una paleta que había encontrado por ahí). QUe alivio!, ya estaba listo para salir con un poco mas limpio ante el protocolo.

Al terminar todo, encontré a mi mamá llena de lágrimas, solo me dijo: "Ahora te toca una buena mujer y una familia",, yo le contesté:

-Mamá pisé un chicle!!. Pero lo limpié mis zapatos en una fuentecia de atrás... Inmediatamente se le quitaron las lagrimas... se me quedó viendo y dijo: Esa fuentecita que tu le llamas, es agua bendita!!!!!

Estoy ansioso para que dentro de 27 años mi hija se acerque con su indumentaria doctoral y caminando con la elegancia que heredará de su madre y la chispa de la vida para limpiar chicles que obviamente heredará de su padre y me diga: "Papá... pisé un chicle"...

Yo solo contestaré. "Mi hija... toda mi vida valió la pena solo por ese chicle que pisaste"